REPORTAJE SOBRE LA GROUPIE

La novela que te convierte en La Groupie de un grupo de rock and roll: «La música fue más importante antes»

Juan Carlos García presenta en Poniendo las Calles el libro que lleva por nombre ese grupo de fans que seguían a los cantantes en los 70

Pasaban días haciendo cola para entrar en sus recitales, soñaban con ellos. Daban cualquier cosa para estar frente a sus dioses musicales. Eran y son las groupies del rock. Fans que se enamoran de un cantante y muchas veces cumplen sus sueños. Y hasta quedan reflejadas en la letra de un tema. Juan Carlos García nos traslada hasta los 70 con la novela que lleva por nombre esas personas que seguían y siguen a los grupos allá donde fueran. Presenta su libro en ‘Poniendo las Calles‘ con Carlos Moreno ‘El Pulpo que nos adentra de primera mano en el mundo de los festivales de aquella época.

Hay algunas tan famosas como Marianne Faithfull, que dejó a su marido para irse con Mick Jagger, con quien mantuvo un largo noviazgo, aunque siempre estuvo enamorada de Keith Richards. También estuvo involucrada con Jim Morrison, cantante de The Doors. También se recuerda a Bebe Buell, que tuvo un hijo con el vocalista de Aerosmith, Steven Tyler. También estuvo con Rod Stewart, Todd Rundgren, Mick Jagger, David Bowie e Iggy Pop. Tampoco se olvida a la considerada como groupie de Los Beatles, Chriss O’Dell, que se acostaba con Ringo Starr, George Harrison y Paul McCartney.

Selena, la protagonista de ‘La Groupie’, es una de ellas y va cosechando diferentes experiencias de amor, odio, fracasos, éxito, ambición, dinero, celos, lealtades y decepciones. Bien podía ser la protagonista de la portada de la revista Rolling Stone de febrero de 1969, cuando se publicó la foto de una chica joven, hermosa e ignota, con rulos, una sonrisa seductora y ojos vivaces. Era la representante de este fenómeno que protagoniza la novela y que encontraría el paroxismo de esa locura con la Beatlemanía, con largas filas de chicas en la entrada del backstage.

«La música fue más importante antes»

Pasaban días haciendo cola para entrar en sus recitales, soñaban con ellos. Daban cualquier cosa para estar frente a sus dioses musicales. Eran y son las groupies del rock. Fans que se enamoran de un cantante y muchas veces cumplen sus sueños. Y hasta quedan reflejadas en la letra de un tema. Juan Carlos García nos traslada hasta los 70 con la novela que lleva por nombre esas personas que seguían y siguen a los grupos allá donde fueran. Presenta su libro en ‘Poniendo las Calles’ con Carlos Moreno ‘El Pulpo’ que nos adentra de primera mano en el mundo de los festivales de aquella época.

 

Hay algunas tan famosas como Marianne Faithfull, que dejó a su marido para irse con Mick Jagger, con quien mantuvo un largo noviazgo, aunque siempre estuvo enamorada de Keith Richards. También estuvo involucrada con Jim Morrison, cantante de The Doors. También se recuerda a Bebe Buell, que tuvo un hijo con el vocalista de Aerosmith, Steven Tyler. También estuvo con Rod Stewart, Todd Rundgren, Mick Jagger, David Bowie e Iggy Pop. Tampoco se olvida a la considerada como groupie de Los Beatles, Chriss O’Dell, que se acostaba con Ringo Starr, George Harrison y Paul McCartney.

Selena, la protagonista de ‘La Groupie’, es una de ellas y va cosechando diferentes experiencias de amor, odio, fracasos, éxito, ambición, dinero, celos, lealtades y decepciones. Bien podía ser la protagonista de la portada de la revista Rolling Stone de febrero de 1969, cuando se publicó la foto de una chica joven, hermosa e ignota, con rulos, una sonrisa seductora y ojos vivaces. Era la representante de este fenómeno que protagoniza la novela y que encontraría el paroxismo de esa locura con la Beatlemanía, con largas filas de chicas en la entrada del backstage.

«La música fue más importante antes»

Las groupies seguían a sus cantantes y bandas a cada lugar al que tocaban. Trataban de colarse en los camarines o en el hotel. Algunas conseguían tener algún contacto sexual fugaz con su ídolo en el lugar del recital, otras conseguían ser llevadas a la fiesta posterior al show, pero el premio mayor era ser incorporadas a la gira, ser una más. El fenómeno groupie, alimentado y hasta fomentado durante décadas, encontró un freno en los últimos tiempos. Al menos en su difusión alegre y despreocupada. Muchos han sido denunciados y hasta condenados por acciones delictivas en este contexto.